Tres iniciativas para fomentar una cultura digital
La cultura digital, no la tecnología, es la clave para la transformación digital exitosa de tu organización.
La transformación digital de una organización conlleva retos humanos y tecnológicos. Las tecnologías, en su continuo desarrollo, frecuentemente tienen usos indiscernibles y su valor es difícil de estimar. Posiblemente te preguntas: ¿Es el momento de explorar cómo mi organización puede crear valor con ChatGPT? ¿Debería evaluar el uso de realidad aumentada y el Metaverso? ¿Es el momento de buscar un nuevo sistema de gestión de recursos en la nube?
En mi experiencia asesorando organizaciones y startups en su avance tecnológico, esas no son las preguntas adecuadas; ver a través de la niebla creada por la tecnología requiere un cambio de perspectiva. Para una transformación digital exitosa el cambio cultural es más importante que el tecnológico. Si en lugar de empezar con las tecnologías digitales consideramos primero el talento, la cultura organizativa, y el objetivo de crear valor, los elementos de la transformación digital se recolocan y encajan en una narrativa clara: los lideres de la transformación digital son los empleados, quienes persiguen iniciativas de creación de valor con tecnologías de acuerdo con sus capacidades y la cultura organizativa, explorando e innovando de manera continua. En otras palabras: las personas son las que lideran—y abandonan—las iniciativas de innovación y cambio.
“Para una transformación digital exitosa el cambio cultural es más importante que el tecnológico”
Una vez primemos la importancia del talento y la cultura organizativa sobre la tecnología para la transformación digital, aparecen nuevas preguntas para liderar el cambio: ¿Cómo puedo apoyar al talento de mi organización para que esté preparado para innovar con tecnología? ¿Qué creencias en la organización llevan a experimentar con tecnología, sin miedo al fracaso?
Sea cual sea el estado de transformación digital de tu organización y las tecnologías que consideres, ahora o en el futuro, existen iniciativas clave que pueden ayudar a tu organización a crear una cultura de datos e innovación digital. En particular, hay tres iniciativas que empresas lideres han perfeccionado y deberías considerar: la academia digital, el kit de innovación, y equipos ágiles.
“Existen iniciativas clave que pueden ayudar a tu organización a crear una cultura de datos e innovación digital”
Academia digital – Para capacitar trabajadores en toda la organización a entender y usar tecnologías digitales, la academia digital ofrece cursos y recursos tecnológicos. Mas allá de una lista de clases o videos en línea, las mejores academias digitales ofrecen un portafolio de materiales siguiendo diferentes pedagogías (de cursos presenciales a en línea) y niveles de experimentación (desde introducciones a proyectos aplicados) en áreas de conocimiento clave para la organización, como el análisis de datos o la automatización de procesos. En el entorno de la organización, la inversión en upskilling a través de una academia digital asegura el acceso futuro a talento, uno de los recursos que más preciados y que más puede limitar la transformación digital.
Una academia digital bien planeada no sólo crea oportunidades para que los empleados aprendan sobre tecnologías digitales, sino que permite explorar tecnologías que encajan en la visión de transformación digital de la organización, favorece colisiones productivas fortuitas entre individuos en diferentes áreas de la organización, y crea oportunidades para que emerjan nuevos grupos de proyecto interdisciplinares. Puedes consultar diferentes referentes del modelo de academia digital en CVS Health, Ferrovial, and DuPont de Nemours.
Kit de innovación – De una manera sencilla, el kit pone en manos de todos los empleados nuevas pautas de innovación, presentadas como una caja con instrucciones y recursos. Aunque la organización debe sentirse libre de definir sus propios procesos para el kit, en general este debe incluir pautas para valorar ideas innovadoras en sus diferentes estadios de madurez, desde la evaluación inicial de una idea hasta la viabilidad financiera y el desarrollo final (generalmente, el proceso es organizado en tres fases con dos evaluaciones intermedias que determinan si el proyecto seguirá activo y recibirá más recursos, o si es descartado). El kit debe identificar claramente los criterios y personas que determinaran si un proyecto innovación seguirá adelante en cada fase (idealmente, un grupo diverso de empleados, y no solo directivos), y los recursos (monetarios, tiempo, tecnologías, y apoyo) que el empleado-innovador tendrá a su disponibilidad en cada estadio.
A riesgo de convertirse una solución simplista al complejo problema de promover innovación en todos los niveles de la organización, el kit de innovación crea unos procesos organizativos que democratizan la contribución de ideas, ayuda a la organización a encontrar mecanismos basados en datos para discutir y evaluar innovaciones, y elimina tabús sobre la toma de riesgos y el significado de “fracaso”. Un ejemplo de kit de innovación que puede ser fácilmente adaptado a las necesidades de cualquier organización es el Kickbox creado por Adobe y ofrecido en código abierto por el Kickbox Foundation.
Equipos ágiles – Dos cambios culturales importantes para crear valor con tecnologías digitales son acortar los ciclos de desarrollo de las innovaciones y ganar proximidad a los clientes. Los dos cambios pueden conseguirse a través de equipos de innovación que sigan principios de colaboración ágil. En esencia, los principios detrás de la agilidad son: equipos pequeños y diversos que gestionan su acometido y reflexionan con frecuencia; la comunicación y visibilidad sobre el trabajo de los miembros del equipo; los ciclos de desarrollo cortos, de varias semanas, y que finalizan con la entrega una iteración en la innovación; y la proximidad al cliente, al que el equipo de trabajo ágil, ante todo, busca ofrecer valor.
Organizaciones que deseen transformarse con tecnologías digitales, ser más receptivas a cambios en el entorno y las preferencias de clientes, deberían considerar el valor de equipos agiles. Y aunque los equipos ágiles pueden alcanzar muchas áreas de la organización—particularmente equipos de trabajo que valoren rapidez, tengan requerimientos cambiantes, y que puedan interactuar frecuentemente con clientes—las empresas que busquen embeber agilidad en su cultura pueden empezar con uno o dos equipos agiles ligados a áreas innovadoras como tecnología o marketing.